En un futuro muy cercano, se producirá otro gran salto de unos de los avances tecnológicos, que poco a poco cambiara a la sociedad; como fabricar ropa adecuada para cada una de las personas.
Las nanofibras permitirán la fabricación de prendas mucho más cómodas y duraderas. Y los nanogeneradores de fibras acumularán energía eléctrica en la ropa a partir del movimiento físico del usuario, de las ondas ultrasónicas e incluso del flujo sanguíneo.
Si logramos combinar muchas de estas fibras en la ropa, en capas dobles o triples, podríamos crear una fuente de alimentación portátil, flexible y plegable, que permitiría a la gente generar su propia corriente eléctrica al caminar.
También hay unos nanofilamentos extremadamente hidrófobos con los que se puede fabricar ropa tan resistente al agua que podemos sumergirla durante dos meses y sigue estando seca al tacto.
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